Luz de felicidad y de olvido.
Luz de memoria, donde se ocultan
sombras.
Rostro de luz del que espera y
calla.
Luz crepúsculo de verano
extendida más allá -incluso- que la noche.
Auditorio de León, Mansilla y Tuñón, arquitectos
Luz difuminada de gritos y un
rojo fuerte de sangre que hasta hiere.
Luz de amanecer, de silencios y de madrugadas.
Luz de tinieblas entre las rejas
de San Marcos. Luz de alegría.
“...pero mi sueño vive debajo de tus párpados...”
Dónde los inviernos son nieve, y las noches de agosto son de manta y rebeca, vivió en mi avenida del Padre Isla el hombre que conoce el gemido de los chopos y el vuelo de los pájaros dibujando arcos ojivales y bóvedas vaídas. Ahora habita bajo las rosas de vidrio de una catedral gótica, cerca de un barrio que le llaman húmedo. Allí escribe el poeta que lentamente sigue cantando al descender el río donde inevitablemente nos espera el ocaso. Entre ESTA LUZ. Su luz.
San Marcos de León
“Aunque quizás estamos separados por un hilo de sombra y cada uno está en su propia luz”.
Asturiano de nacimiento, leonés
de adopción, Antonio Gamoneda es el poeta de la luz fría de las tierras del
norte que aúnan melancolía y esperanza. Recuerdos de su niñez con añoranzas de
juventud, sin perder su necesidad de libertad. Premio Cervantes, Nacional de
Literatura y tantos otros, le sobra humildad y sabiduría. Le falta tiempo.
“Va a amanecer. Hay noche aún sobre tus llagas y vienen los cuchillos
del día. No te desnudes en la luz, cierra los ojos.”
“Tus manos fueron suaves en las mías y yo sentí la gravedad y la luz y
que vivía en mi corazón”.
MUSAC de León, Mansilla y Tuñón, arquitectos
1 comentario:
Me gusta Gamoneda y me gusta el Auditorio que han hecho en Leon.
Un beso Cris
Pili
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