miércoles, 15 de septiembre de 2010

EL ARQUITECTO DE LAS RECETAS

Santiago Cirujeda, Santi, es uno de los arquitectos más personales de nuestro momento actual. Rompedor, sevillano, excesivo y utópico, pretende cambiar el mundo, la vida de los ciudadanos, las ciudades de este mundo, el acceso a la vivienda, los solares vacíos y los llenos, las excesivas normativas, los escasos metros cuadrados de los pisos, los jardines desocupados, las calles y los contenedores, la actitud de nuestros políticos... y sobre todo –creo yo- la arquitectura entendida como una actividad elitista y al servicio de unos pocos. La arquitectura de la que desconfíamos casi todos, aquella desconectada y alejada de la ciudadanía y de los lugares en los que habitamos. La arquitectura que -en gran parte- durante estos últimos años, ha sido utilizada de forma engañosa para crear no-lugares, banalizar lo urbano y hacer estallar la gran burbuja.

Porque la vida de las ciudades nace de la armonía de sus espacios. Y la triste poesía de aquellos vacíos abandonados, rincones de nadie, esquinas de la nada, mal iluminados, abandonados y pervertidos por el lucro de sus propietarios a la espera de ser cambalacheados, son los que aprovecha Santiago para implantar pequeños parques o instalaciones lúdicas y efímeras. Con materiales reutilizables de la construcción construye bancos, balancines, limpia de malas hierbas el espacio, siempre con ayuda y participación ciudadana, alquila contenedores en los que monta un huerto urbano o una pequeña piscina para que los niños del barrio donde habita, se den un chapuzón.  


Cuando decide, siguiendo su fantasía, construir una casa en el árbol centenario de La Alameda de Sevilla,  árboles que pretendía derribar la municipalidad, no se amilana, lo construye... y juega. Pero no es un juego vacío, tiene un serio significado político. Juega, pero con una logística, todo muy bien coordinado y estudiado. Y si sale bien, tiene unos cuantos amigos más, si no sale, ha aprendido algo nuevo. Y ese algo lo trasmite como “receta urbana” y gracias a las nuevas tecnologías que nos vinculan, formando redes de apoyo y solidaridad, aprendemos.

Transgrediendo límites y ordenanzas, otras veces juega a ser un arquitecto estricto, y puesto de acuerdo con ciertas comunidades de propietarios, inventa la ampliación de un piso que se ha quedado pequeño gracias al alquiler de un andamio, con el correspondiente pago de la tasa de andamiaje, andamio que maciza y añade a la vivienda. O la casa de Pepe, que sitúa en la azotea de un edificio residencial, cubierta con lonas a modo de sábanas para camuflarse entre las otras tendidas al sol. Si alguien no está de acuerdo (bien se cubre él bajo la sábana) a lo mejor es capaz de llegar a la desobediencia civil, aunque no es ese su objetivo.


Sus acciones son transgresoras, políticamente incorrectas. Pero desde pequeño ya andaba en eso; su vocación constructora y de interés por la comunidad, siempre fue apoyada por su padre y por el resto de  su familia.

Otras veces monta y desmonta, reutiliza lo que nadie quiere, propicia espacios para el encuentro y cultura para los barrios, o para colegios de arquitectos, o centros alternativos para el arte. Su actividad, desde hace ocho años, es frenética, y prefiere (o tal vez necesita) trabajar en grupo.

Escribir sobre Santiago es escribir también sobre su estudio: Recetas Urbanas. Un Estudio tras el que se esconde y por donde han pasado muchos jóvenes utópicos –la gran mayor parte extranjeros- que vuelven a sus países y se disponen a hacer las mismas locuras que aquí han aprendido. También es  su web, desde la que Santi lanza al infinito de las pantallas de ordenador, recetas muy elaboradas (puzzles constructivos y reutilizables) compartiendo la información de lo realizado, para que cualquiera se lo apropie y al seguirlo y transformarlo, convertirse en protagonista.
Las recetas nos las da pre-cocinadas para que cada uno añada su propia imaginación y compromiso. No pide nada a cambio. De vez en cuando recibe en su correo algunos de sus platos, adaptados o con ingredientes de países lejanos. En esos momentos, piensa seguramente, que ha sido compensado con creces, que ha conseguido su objetivo: generar sobre alguna gente una determinada actitud sobre la arquitectura, lejos de estilos, revistas y modas, y una conciencia colectiva de la importancia del entorno de las ciudades donde habitamos.

 http://www.recetasurbanas.net

2 comentarios:

festeig dijo...

Uno de esos Seres Especiales Cris que se rebelan contra la manera de hacer las cosas y lo que les rodea y no les gusta. Tiene buena pinta lo de las recetas. Me apunto la web y le echaré un vistazo. Besos.

festeig dijo...

Ahora echando un vistazo a la web veo que en septiembre hay unas jornadas en un pueblo muy cerca de donde vivo y donde han reciclado una antigua cementera. Había oído algo pero no sabía demasiado así que aprovecharé y me acercaré algún día para ver todo esto. Pinta bien.