martes, 25 de enero de 2011

EL NÚMERO DE ORO: Matila Gyka



      Los números nos sirven, entre otras muchísimas cosas, para contar. Los hay de muchos tipos. Pero hay unos muy especiales que surgen al relacionar entre sí elementos que siempre permanecen constantes. Por ejemplo, el número pi (el famoso 3,1416...) equivale al número de veces que cualquier diámetro está contenido en la circunferencia a la que pertenece.  Para entendernos: si uno dibuja una circunferencia y luego coge un hilito -que tenga las dimensiones de su diámetro- y mira cuantas veces éste (al ponerlo encima) cabe encima de aquella, se dará cuenta que cabe pi veces. Pi es, entonces, la razón entre la longitud de cualquier circunferencia y su diámetro (que a su vez es dos veces el radio). L / 2r = pi. Por lo que L (longitud de la circunferencia) = 2 pi r . Y esto ocurre siempre, siempre, siempre, entre todas las circunferencias del mundo mundial y sus correspondientes radios.
 

      ¿A qué es divertido? Ya sé que estoy contando cosas de bachillerato pero tan sólo es para recordarlas y ponernos en situación para entender lo que, nada menos que un príncipe rumano del S. XIX como Matila Gyka, nos muestra en este libro. Matila era matemático, escritor, poeta y filósofo. Al final, todo es lo mismo. Las matemáticas sirven para entender la belleza del Universo. Su armonía. Y la exactitud de ciertas leyes. Muchas veces observamos una caracola de mar, el vuelo grácil de un pájaro, las líneas de una hoja de un árbol o a una mujer u hombre bello (que de todo hay), o escuchamos una pieza de música con una especial cadencia, ritmo y armonía -que nos transporta a un mundo repleto de sensaciones- y no sabemos el por qué.  


      Los babilonios y los griegos (¿cómo no?) y otras muchas culturas que vinieron después intentaron acercarse a la magia escondida de ciertos números y llegaron a algunas conclusiones. 


       Una de ellas es la existencia del número de oro f (fi) que está asociado a la belleza de las proporciones en la naturaleza. Es algo más complicado de entender, pero es fácil.  Surge a raíz del rectángulo áureo. Es decir aquel que tiene un lado a y otro a + b y ocurre que  a / b = a + b / a. A esa proporción se llama f (fi) y también es constante. Y si a / b lo llamamos x,  y seguimos operando: f (fi) =   Raíz de 5  + 1 / 2= 1,618033....



      El número f (fi), tiene propiedades curiosísimas y se relaciona consigo mismo siguiendo series geométricas o exponenciales que crean espirales, galaxias,  bellotas, estrellas de mar y tanta belleza como existe a nuestro alrededor. Es decir que Dios, no debe de jugar tanto a los dados, como decía Einstein, o al menos sólo cuando está aburrido. Como es natural, algunos le dieron a este número propiedades herméticas o divinas. Pitágoras, Leonardo da Vinci, Le Corbusier y otros muchos lo han estudiado de forma teórica. Y artistas de todos los tiempos lo han utilizado para sus creaciones, edificios o pinturas.

      
      Todo esto y algo más se encuentra en este excelente libro, que no sólo habla de matemáticas, nos enseña a como utilizarlas en el arte y en la vida. Y podemos leerlo de corrido saltándonos las formulas –que pueden ser algo complicadas- o coger un lápiz, un compás, escuadra y cartabón (o con el Autocad, quien lo maneje) y dedicarnos algunas tardes a dibujar espirales, rectángulos áureos, estrellas o lo que nuestra imaginación dé de sí. Recomiendo esto último.