Resulta que los abuelos se han hecho amigos. Uno, tan mujeriego como era, y al otro ¡lo qué le gustaban las mujeres, madre mía! El mío, como era de la familia (de la mía, quiero decir) se lo perdonaba todo, aunque probablemente mi abuela, no. El otro también conseguía casi siempre lo que quería y además de la música, a lo que se dedicaba con pasión, tenía una especial habilidad para vivir bien. Cosa que de lo que el mío, era un experto.
Yo realmente le adoraba (al mío) porque era cariñoso, sociable y juguetón con los niños. Y cuando crecí siempre sabía de su preferencia hacia mi persona. Su nieta mayor. El otro abuelo tiene una historia fascinante, no es de extrañar que al mío le haya caído bien. El aprecio es mutuo, al parecer. Y allí donde están se deben de contar muchas cosas... Todas divertidas, de mucha sabiduría y reflexión.
Yo realmente le adoraba (al mío) porque era cariñoso, sociable y juguetón con los niños. Y cuando crecí siempre sabía de su preferencia hacia mi persona. Su nieta mayor. El otro abuelo tiene una historia fascinante, no es de extrañar que al mío le haya caído bien. El aprecio es mutuo, al parecer. Y allí donde están se deben de contar muchas cosas... Todas divertidas, de mucha sabiduría y reflexión.
Y hoy, que es el aniversario de la partida de mi querido abuelo Pepe, le recuerdo, le tengo en mi presente, le sugiero que me eche una manita, le felicito por tan agradable amistad y compañía y le dedico este post. Con todo mi amor de nieta.
1 comentario:
Supongo Cris, que tu abuelo Pepe es el que yo conocí y el otro Jesús, era muy divertido. jaja. me ha hecho gracvia el cuento, es real como la vida misma.
Por cierto, vuelve a mandarme un email con tus señas, pues aunque no te lo creas, tengo tu cuadro preparado, bueno, el que te manda tu tio, y soy un despiste, debí borrar las que me mandaste.
Un beso
Tia Pili
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