Mucho se ha dicho y escrito sobre este gran ensayo de Erich Fromm, filósofo, sociólogo, ensayista y psicoanalista. Judío alemán, nacido en Frankfurt a la vez que el siglo XX, con este libro ha marcado un hito, insuperable hasta la fecha, sobre la verdadera esencia del amor. Mucho más que un mero sentimiento es el amor, más que una simple emoción, una inclinación, un acuerdo de supervivencia, un estado pasajero del alma o de embobamiento general de muy corta duración... tal como muchas veces se nos mal-enseña en la aletargada sociedad en la que nos desenvolvemos.
El amor es un arte, indudablemente, y como todo arte requiere conocimiento y esfuerzo; dominio de la teoría y puesta en práctica de lo aprehendido (con “h” intercalada, sí). Por eso EF hace una apuesta valiente al intrincarnos en el bosque del AMOR, como respuesta al problema de la existencia humana.
“El ser humano”, dice, “siente la separatidad como la fuente de una eterna angustia, y esa es su necesidad más profunda”. Pero no siempre se elige el mejor camino para superar ese miedo a la nada, introduciéndonos en amargos sucedáneos como la dependencia excesiva al trabajo rutinario, el sexo “per se”, las drogas, el alcohol o el conformismo. Incluso la actividad creativa, con la que ni siquiera somos capaces de encontrar la solución plena que, según el autor, está en la fusión con otra persona a través del amor.
Pero ¡ay amigos! no valen las formas inmaduras de amar, aquellas que son débiles, inconsistentes, frágiles, masoquistas o excesivamente protectoras o dependientes. “En el amor se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno, siguen siendo dos”. Para EF, es una acción que sólo puede realizarse en libertad y jamás como resultado de una convulsión, siendo DAR su carácter activo, aquel capaz de expresar la vitalidad, en el que se experimenta fuerza, riqueza, poder... Dando me experimento a mí mismo como ser desbordante, pródigo, vivo, y por tanto, dichoso. Porque el amor, produce amor, compartir la alegría de lo que ambos han creado.
El amor implica cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento, que son interdependientes y de ida y vuelta, tanto en la manera de amar de padres a hijos, en el amor a los hermanos o amigos, en el amor materno (que necesita un capítulo aparte por su incondicionalidad: “La madre es el lugar de donde venimos. La naturaleza, el suelo, los océanos”...), en el amor a dios (según cada cual lo entienda), a uno mismo o, finalmente, en el amor erótico. Este último es exclusivo y no universal, aunque se ama en la otra persona a toda la humanidad, a todo lo que vive. DESDE LA ESENCIA DEL SER, VIVIENCIANDO AL OTRO EN LA ESENCIA DE SU SER.
Esta manera de vivir amando, nos aproxima a místicas orientalistas, ya sean chinas (Lao-Tse) o indias. Y, sin embargo, desgraciadamente, en nuestra sociedad occidental es algo enormemente raro de encontrar, ya que en su lugar se dan formas de pseudoamor, insatisfactorias, entendidas muchas veces como un intercambio de mercancías, de “un egotismo a deux”, es decir el de dos personas que aman sus intereses comunes frente a un mundo hostil y enajenado; o con diversas patologías que provienen -en la mayor parte de los casos- de relaciones no satisfactorias con padres dominantes, inseguros, absorbentes, o poco afectuosos...
Para todos los que creen que amar es un práctica personal entendida desde la libertad, para los que necesitan clarificar sus ideas y no están de acuerdo en lo que los libros de autoayuda les sugieren, para todos los que desean saltar la barreras de la incomunicación y otras tópicas al uso entre los actuales seres humanos, os recomiendo este ya clásico ensayo. Acerquémonos a él con respeto, objetividad y desde la razón. Yo lo he hecho (releído) este verano, mirando (de vez en cuando) al rugiente mar del norte, y he quedado fascinada.
Para acabar, igual que el año que termina, dos pequeñas perlas: “Paradójicamente, la capacidad de estar solo es la condición indispensable para la capacidad de amar”.
“En el acto de amar, de entregarse, en el acto de penetrar a otra persona, me encuentro a mí mismo, me descubro, nos descubro a ambos, descubro al ser humano.”
1 comentario:
Creo que lo voy a leer, es un tema que me apasiona.
Hay gente que piensa que las personas mayores no tenemos mucho que decir al respecto, yo creo que si, y cuando tenga un poco de tiempo, creo que contestaré a algunas de las cosas que expones ahi.
Feliz Año 2011
Un beso Cris
Tia Pili
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