domingo, 24 de junio de 2012

¿Por qué las redes sociales han causado y causan tanto furor entre gentes de todas las edades? La clave está en una palabra: COMPARTIR


Es interesante observar como ha cambiado la manera de relacionarnos de un tiempo a esta parte. Me refiero a través de las redes sociales, gracias al uso de Internet. Y concretamente gracias a Facebook o Twitter.

Y no lo digo exclusivamente por el hecho de poder hacernos amigos de aquellas personas que no conocemos, aunque sí conozcamos a algunos de sus amigos -lo que ya  nos dice bastante-, y hace muy probable que tengamos intereses o gustos comunes.

Sino porque, después de aceptar su amistad virtual (en Twittter ni eso, nos “siguen” sin tan siquiera pedirnos permiso), podamos ver sus fotos personales o profesionales, sus recetas si les gusta la cocina, sus obras de arquitectura recientes o favoritas (en el caso de que les guste la arquitectura), sus frases particulares o las que copien a otros, identificándose con ellas, sus chistes, intereses políticos,  días bajos o altos, sus poemas o miserias y todo lo que estas personas deseen COMPARTIR y difundir.

PLAZA DE LA CEBADA

Porque la clave está en compartir. Solos delante de nuestro ordenador, en la playa, campo o despacho, brujuleamos por la red, hacemos fotografías con nuestro móvil, leemos un artículo que nos hace pensar y reflexionar sobre lo que está cayendo o vemos un documental interesante. Una vez terminado, nos dan deseos de compartirlo con nuestros amigos o conocidos. Y así lo hacemos. Y nos gusta que a ellos les guste, que nos den un clic en ese botón llamado “me gusta”, que lean nuestro blog, que lo twiteen o compartan- a su vez- con otros amigos. Que hagan un comentario. Y así, poco a poco, el mundo sigue girando… Sin censuras, jerarquías ni manipulaciones. De forma horizontal y transversal, se extiende la vida a través de la red.

El individualismo tiende a estar de capa caída. Nos han educado en valores individuales, de autonomía, autosuficiencia y competencia. Pero nuestra sociedad, poco a poco, está cambiando de criterio, encaminándose hacia la participación colectiva, primero en las redes –que enredan y unen- y luego en la vida real. Que afortunadamente también une y enreda.

Concretamente en arquitectura, colectivos pluridisciplinales intentan dar un giro importante al endiosado y anquilosado mundo de aquel arquitecto, siervo de las grandes inmobiliarias que han destrozado el territorio y afeado y deshumanizado las urbes actuales. El paso de la llamada web1.0 a la web 2.0 (de la pasividad a la participación) ha sido crucial. Y ahora vemos que, gracias a las redes sociales, vamos tendiendo puentes, compartiendo sueños, formas de ser y de hacer y sobre todo dignidad y VIDA. Sigamos compartiendo.


TENDIENDO PUENTES


 ARQUITECTURA PARA LOS PEQUEÑOS
JUANA CANET-PALMA DE MALLORCA

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