miércoles, 26 de junio de 2013

EL AMOR

El amor entre las personas no lo podemos definir, aunque queramos. Por supuesto que podemos amar al género humano en su conjunto y luchar dentro de nuestras posibilidades para construir un mundo mejor. Amamos la profesión que hemos elegido a través de la cual intentamos que se materialice el sentimiento de solidaridad o de justicia que perseguimos; también los lugares donde hemos pasado buenos momentos, fundamentalmente los de la infancia. Se puede amar un libro o una película que nos hayan dejado infinitud de sensaciones o –por supuesto-  a los animales que nos acompañan y  sienten.



Pero nada hay más hermoso que amar a los que están próximos. Hermoso, complicado, y a veces difícil y sacrificado, pues cuando es verdadero el sentimiento, das, ofreces y no esperas nada a cambio. Esto se puede entender muy bien en el amor de los padres hacia los hijos, siempre y cuando no sea egoísta, hiper-protector o interesado. ¡Que complicado! Porque aún siendo puro el sentimiento, inevitablemente está lastrado con nuestras propias miserias y mezquindades. No lo podemos evitar. Y quien diga lo contrario, no está diciendo toda la verdad.

Los seres humanos somos muy complejos. Esta es una obviedad.  Creo que nos deberían  enseñar a amar  para saber y poder encontrar en los pequeños detalles, fuerza para continuar. Porque cuando amas a un bebé desvalido, te reconforta su sonrisa. Cuando amas a una persona anciana, que sabes que su tiempo es corto, procuras olvidar hasta la sonrisa gratificante…¡pero qué hermosa es cuando aparece!



Hace unos días ha fallecido una persona anciana muy querida a la que tuve el privilegio de ayudar a asear, preparándola, sin yo saberlo, para su último viaje. Ese que –inevitablemente- debía de realizar sola.  No fui consciente en ese momento, pero no lo puedo olvidar. Tengo  necesidad de expresarlo con palabras, porque esa fue nuestra despedida. Allí donde estés, querida amiga, madre, luchadora, mujer sabia, prudente e inteligente, amorosa y delicada: te sigo queriendo. ¡Hasta siempre!

3 comentarios:

Plá dijo...

Simplemente: maravilloso.
Hago mías tus palabras,en cuanto acabo de vivir esa experiencia.
Es un placer leerte.

Cristina García-Rosales dijo...

Gracias, Placido. Un beso

Mario dijo...

Yo sigo viniendo, aunque tú no lo sepas, o yo no lo diga...

Te dejo un abrazo agradecido.

Mario