Detrás del Palacio y de la Iglesia
de la Santa Cruz, en la calle Concepción Jerónima, - puro centro de la
ciudad- se encuentra un edificio
desconocido por el gran público. Pertenece al estilo Art Decó y fue construido durante
la 2º República, entre 1931 y 1933, por los arquitectos Francisco Javier Ferrero
Lluisá (autor del desaparecido Mercado de Olavide y colaborador en el Viaducto de
la calle Bailén) y Luis Bellido (autor del Matadero). Es la Imprenta Municipal,
un lugar inédito para los ciudadanos dedicado ahora a museo de la imprenta en
España.
El edificio, entre medianeras, tiene
la fachada de ladrillo visto marcadamente horizontal, con huecos distintos en
dimensiones según la planta, más pequeños los superiores, más grandes los
inferiores, todos ellos enmarcados por una imposta perimetral que conforma un
cuadrado.
Consta de tres plantas y dos grandes
patios interiores que reciben luz cenitalmente, creando espacios llenos de luz donde
en tiempos trabajaban los operarios. La estructura es de hormigón armado.
Los diseños tipográficos de los
rótulos, las escaleras con formas redondeadas y sus barandillas tubulares, las
luminarias, las rejas de las puertas de entrada y de las ventanas, los lucernarios
y patios interiores o los remates de la cornisa tienen formas esquemáticas y
geométricas que se referencian estéticamente en la corriente racionalista Art
Decó.
En la época que funcionaba se
realizaron trabajos de imprenta y se imprimieron conocidos carteles.
Actualmente funciona como museo
disponiendo una variedad de objetos relacionados con el libro, su impresión y
su encuadernación a lo largo de la historia. El recorrido temático se hace por
medio de una lectura cronológica que abarca desde la imprenta manual de los
siglos XV al XVIII, a la imprenta mecánica que desaparece con la llegada del
offset, revisando las técnicas de ilustración y las técnicas de encuadernación.
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