Si “habitar es dejar huellas” según Walter Benjamín, re-habitar es renovar esas huellas, volver a habitar lo ya habitado.
En España tenemos un parque de viviendas vacías enorme (cuestión que en 2006 sorprendió al relator especial sobre la Vivienda Adecuada por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas -ONU-, Miloon Kothari). Se ha hablado de un millón y medio sin vender, aunque no hay datos que lo refrenden con exactitud. Si consideramos las viviendas de segunda residencia en estado de ser habitadas, tenemos –ahora sí- la cifra de una 3.000.000 que cumplen esas condiciones. Y que podrían albergar a unas 8.000.000 personas que las necesitan. Es estremecedor el dato.
En todo caso, la situación actual exige menos normativas y más iniciativas. Menos crecer y más aprovechar lo que hay. Se trata de denunciar, aunque también de generar y ofrecer ideas.
Denunciar el abuso del precio del suelo. De la especulación abusiva. De la construcción masiva realizada en los últimos años destruyendo territorios costeros, interiores, de montaña... Y aunque tenemos un parque de viviendas con una proporción de 1.5 por habitante, una de las tasas más altas del mundo, jóvenes y menos jóvenes, emigrantes y ciudadanos en general, se enfrentan con no tener dinero para poder pagarlas. Ni de alquilarlas.
Por ello, muchos colectivos emigrantes malviven en camas calientes (camas de alquiler que pueden llegar a costar 300 €/mes), jóvenes comparten pisos rebañando metros cuadrados o incluso habitan en sótanos o plantas bajas sin licencia, ventilación ni luz natural, e incluso las azoteas de edificios y almacenes vacíos, son buenos para poder instalarse.
Estas y otras actuaciones se contemplan en la magnífica exposición Rehabitar 2 y 3, ahora en la galería de las Arquerías del M. de Vivienda en Madrid hasta el 12 de junio, dirigidas por un grupo de arquitectos de la Escuela de Barcelona. http://rehabitar.blogspot.com En la fase 2, se ha hecho el simulacro de una casa vacía, llena de recortes de periódicos por las paredes y otras lindezas, como la forma que tiene de re-habitar un cangrejo ermitaño o el manual culinario El Practicón, en el que a principios del SXX, Angel Muro creaba sabrosísimos y exquisitos platos con las sobras que dejamos en la mesa.
En la fase 3 -en el lado opuesto de la galería- nos sorprende una original e inteligente propuesta: la habitación satélite. Aquella que no necesariamente está unida a la vivienda principal, aunque sí dentro del mismo edificio. Una solución que surgió antaño como habitación de servicio, trastero o taller, y que ahora -mediante esta genial idea- se lanza como un lugar para alojar a visitantes o familiares de paso, puede ser reducto para los hijos en tránsito hacia la emancipación, espacio para el recogimiento y la soledad fuera del bullicio familiar, etc
No hay que perderse esta exposición que, como todas las de su género, estaba casi vacía cuando fui a verla. Y se puede descargar el catálogo en su web.
5 comentarios:
Hablando de habiticiones o de rehabitar la vida... tu eres en todo caso un lindo ejemplo de ello. Mujer que habita, es decir vive.
Razon no te falta, razonamiento, menos. Y razones te sobran para habitar espacios de letras.
Estoy de acuerdo contigo, con tu dicción habitada, rehabilitada y constructiva...
Gracias.
Abrazos.
Raquel, Mario, gracias por vuestra compañía habitando los rincones de mi espacio espacioso. Un beso
Es tan sumamente preocupante el problema de la vivienda para la gente joven, que encima se les exige unos alquileres astronómicos con aval y fianza. Yo creo que una buena política, sería dárselas con un alquiler módico pues tampoco los propietarios están ganando demasiado con ellas, sobre todo en los sitios más o mnos pequeños.
En las grandes Ciudades es diferente, aunque quizás sea mas humano lo que se está haciendo por mi tierra, se les alquila pisos por precios módicos y una prestación adiccional, y los que están con problemas de empleo pueden conseguir un sitio donde vivir.
Un beso Cris
Ya estoy en casa recuperándome
Pilar
Muy buenas, es probable que en esas cifras tampoco se cuenten las viviendas en el medio rural, donde se venden ruinas y solares a precio de piso céntrico de Madrid...
Un saludo
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