lunes, 8 de febrero de 2010

¿Hacia dónde vamos?


Estamos acostumbrados a vivir sin plantearnos apenas preguntas. Por eso, el ensayo Los Bárbaros de Alessando Baricco (autor de novelas tan llenas de poesía como Océano Mar o Seda), escrito con tanta inteligencia como potencia narrativa, es un revulsivo que ayuda a pensar...

Muchas veces lo obvio es lo que casi nadie dice porque no parece necesario. Pero lo es y es precisamente lo que Baricco hace. Por medio de ejemplos, como la producción norteamericana de vino, el fútbol, la nueva industria de los libros y finalmente el Buscador Google –que ya nos parece imprescindible- nos va introduciendo en un interesante análisis sobre la civilización postmoderna actual. Él la considera mutante, ya que se está transformando de una forma rápida y total, de lo que era a lo qué será (o ya es).

El hombre (yo prefiero decir el ser humano) horizontal surfea y planea por encima de las cosas -dice Baricco- sin ideología, sin reflexión y sin norte, adheriéndose al modelo estadounidense imperante... acumulando experiencias que necesita para sobrevivir espectacularmente.

Como bárbaro, carece de alma, entendiéndose ésta como ese asomo de espiritualidad y trascendencia que poseían los románticos y que hizo a Beethoven escribir su Novena Sinfonía. La ha perdido y “su mirada se aproxima peligrosamente hacia la pura y simple estupidez”. Apenas lee. ¿Para qué si toda la información la puede conseguir casi sin esfuerzo navegando por la red? Vive de forma rápida y su interés no está en lo esencial sino en aquello de la superficie que casi todos consideran imprescindible. (De ahí la importancia de los links de las páginas webs que, según el mayor número de veces visitadas, las hace situarse en los primeros puestos del famoso buscador).  Lo que le “mantiene inevitablemente lejos del fondo”. 


Dedica poco tiempo al pensamiento (yo diría que incluso se engancha a la radio, al consumo, a la TV... para no pensar). Su estética es el kitch. Su afán, la seducción. El esfuerzo “le importa un comino”. Tampoco la historia ni lo autentico, “para él no existe la pregunta”. Su comida es la hamburguesa en la que no interesa el sabor de la  carne si no el de las salsas que la aliñan...

En fin, ese ser horizontal, es en lo que nos estamos convirtiendo de unos años a esta parte. Somos nosotros. Y da un poco de vértigo tomar conciencia de ello.

“¿No veis la levedad de ese cerebro que está en vilo sobre la espuma de las olas?”

2 comentarios:

José L. Solé dijo...

Si los tontos son los que dicen tonterías, obviamente los bárbaros son los que hacen barbaridades, eso diría Forrest Gump...
Tan cambiante me parece la civilización moderna que lo que hoy es nuevo mañana ya estará pasado de moda, supongo que a eso se refiere Baricco; el hombre-surfero de hoy en día también me parece a mí el más superficial de los que he conocido (digamos que hablo de décadas, mal comienzo de siglo a todos los niveles, sin duda). En todos los ámbitos, salvo muy dignas excepciones, ganan los malos y eso lo está notando, y pagando, la sociedad en general, de ahí supongo ese vértigo (entre los vivos, tomar conciencia de ello) que comentas...
Me gustó "Seda" sin estridencias, una novela tan corta como sutil en su significado. Tomo nota de este ensayo mutante.

Un beso, Cris.-

Mª Pilar dijo...

A veces, nos da miedo en lo que nos estamos convirtiendo, donde todo lo tenemos resuelto por los conocimientos efímeros que nos proporcionan los ´medios modernos. Los niños por ejemplo, se sientan delante del ordenador y no se molestan en estudiar, lo tienen todo resuelto, no tienen necesidad de pensar, se lo dan pensado, por eso, cuando le preguntan cosas de antes a una persona de mi edad, les encanta que les cuentes las cosas con las que tu jugabas, pues en el fondo están un poco cansados de no poder participar en los juegos, con sus juguetes maravillosos dirigidos a distancia.

Un abrazo Cris

Pilar