La casa, ese espacio doméstico y privado, “el edificio para la habitación de las personas particulares”, posee, cuando está sentidamente soñada, diseñada o habitada, una especial cualidad que la hace irrepetible. Dice Gaston Bachelard, “la vida empieza bien, encerrada, protegida en el regazo de una casa”.
La casa de nuestros sueños. La que recordamos y repetimos desde nuestra niñez. Hacia la que tendemos de forma irremediable, no existe más que en nuestra fantasía y es a través de ella, cómo ideamos y construimos las casas.
Hay una relación muy sutil e intangible en la relación casa–mujer. No es sólo el espacio donde se nos ha recluido históricamente; es mucho más. Está ligado a nuestra esencia profunda, a nuestro interior. Es nido para la puesta y refugio para la melancolía. Es olor y memoria. Es griterío de niños en verano. Son las fiestas. Es deseo y aceptación. Es soledad y una gran mesa de madera en la cocina, reunión para una comida familiar. Es lucha cotidiana y tedio dominguero. Es como nuestra vida, compleja y llena de matices.
¿Cómo se vincula esa relación mágica y casi sagrada con el hecho material del diseño y la construcción del espacio doméstico? Antiguamente el trabajo, lejos del ámbito privado, no existía para la mujer, le estaba prohibido. Actualmente, somos cada día más las sumergidas en esta profesión difícil y apasionante, así como en tantas otras. Sin embargo la arquitectura es única. Igual que la literatura, la ciencia, la ingeniería, la filosofía... Pero ¿existirá alguna aportación, variación o aproximación diferenciada en el diseño realizado por una mujer?
5 comentarios:
Siempre he creido que la mujer es la mas sabia al diseñar o construir una casa, un hogar. Cuando ello ocurre , ya ella la tiene en su visión, añejada como el buen vino sin perder un solo detalle de cada rincón ,incluso hasta el olor propio de un jardín que un día recreo en sus sueños. La mujer le da a la arquitectura el toque de poesía que la embellece.
¡ saludos Cris, un abrazo !
Nos gustó el texto.
Se nota toda la delicadeza y sensibilidad de una gran mujer arquitecta detrás de él!
La arquitectura es única aunque los hombres y las mujeres somos por naturaleza algo distintos. Esa complejidad, según creo, hace a veces que existan parejas de arquitectos-as capaces de dársela a sus proyectos. Ejemplos hay muchísimos incluso en la entrada de más arriba. Me sobrecoje y emociona la complicidad en el diseño, en la arquitectura y en la creación, cuando existe. Gracias por los comentarios
Me ha gustado mucho tu escrito Cris, yo pienso que la casa noes un inmueble solo, es la casa que todos recordamos de nuestra niñez o de cuando volamos por libre.
Esa casa, y te lo digo porque en mi vida he hecho 19 traslados, te aco,paña a todos los sitios, aunque cambies de residencia, y por supuesto de la colocación de sus componentes, al final acabas con la casa que recordabas de cuando eras niña y feliz.
Y de lo que no cabe duda, es que las mujeres son más humanas a la hora de construir y no digamos de decorar, tenemos otro sentido práctico de las cosas.
Por cierto, ayer me dieron laa primera sesión de quimio, las proxima el viernes descanso de 21 dias y así 4 veces, y espero acabar ya con esa pesadilla, pero estoy bien.
Un beso guapa y aunque no te lo creas, tenemos empaquetado el cuadro, mándame un email que no se donde puse tu dirección.
Tia Pili
Gracias, tía Pili. Y mejórate...
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