jueves, 2 de junio de 2011

A dos minutos de Sol

Vivo a dos minutos de la Puerta del Sol por lo que me pilla muy cerca la Spanish Revolution. La he visto nacer hace tan sólo quince días, me he entusiasmado con sus poemas (así quiero llamar a los carteles con slogans ingeniosos y certeros), me he emocionado con el despliegue de imaginación que comparten a chorros con todo el que lo desea, me he inquietado (y mucho) con los policías que les (y nos) vigilan y con el maltrato que han causado a los detenidos -algo que casi nadie sabe- y fundamentalmente, les he visto inventarse, pensarse, sentirse, reflexionar como nadie y ser cívicos y pacíficos como pocos.

Foto: Julieta Pellicer
Sus propuestas son las mías y las de tantas otras gentes. Cuántas veces, desde que comenzaron, al volver a mi casa desde el metro, me he quedado en las asambleas y he levantado las manos y las he agitado con esa nueva forma de entender los consensos de forma participativa y colaborativa,  pensando: ojalá fuera como pedimos. Todos deseamos un mundo más limpio, sin corrupciones, sin estar al servicio de los bancos y de la especulación financiera, habitando de una manera igualitaria en viviendas dignas, utilizando las plazas y lugares públicos como espacios para la VIDA. Sin manipulaciones ni borreguismo. Con trabajo. ¿Demasiado bueno para ser cierto?

Foto: Julieta Pellicer
Dicen que no son partidistas y no es para menos cuando la bi-partitocracia nos ha dado en las narices a toda la población. Dicen que no son de derechas ni de izquierdas, pero todos los que lo hemos vivido de cerca sabemos lo que son. Dicen que no son apolíticos y creo que nunca había asistido a tanta clase de buena política con salvia nueva y constructiva.

Pero ahora comienzan a molestar, son incómodos, demasiadas rastas, demasiados días, demasiadas peticiones, demasiadas tiendas, demasiadas noches, demasiada limpieza con sus escobas... Y los políticos –que ni les consideran ni les escuchan, entrampados en pactos y deseo de poder- no se  han dignado en bajar a la plaza, no se han dado una vuelta por ahí desde algún guiño que les hicieron antes de las elecciones.

Pienso yo que habría que apoyarlos con todas sus contradicciones y ayudarlos con todas las nuestras. En vez de ser expectantes seamos participantes. 

Lo que vaya a ocurrir en el futuro, está en Sol, hoy, forjándose.


1 comentario:

Mario dijo...

Muchas gracias por esta crónica. Me ha encantado inmiscuirme, pasear, rastrear, mirar-observar, escuchar, ver esos horizontes que quieren servir de diques para la incertidumbre del futuro, contra los sucesos.

Muy, pero que muy buena entrada (ojo, más que una entrada moliente y corriente, es una crónica con todas las de la ley, si la ley lo permite, claro...)

Un saludo

Mario